Los Naranjos es uno de esos lugares de La Cruzada que
te hacen sentir en otro mundo. Cerca están las ruinas de las casas de los
franceses, el camino empedrado por los esclavos, el cementerio histórico, el
Altar de Cruz, los búcaros floridos, los cafetales, la inmensidad del cielo
contrastando con el verde follaje. Pero lo más especial de Los Naranjos es la
música del grupo XX Aniversario.
XX Aniversario es un grupo familiar que cultiva la
fusión de géneros como el Nengón, el Merengue, el Changüí y el Kiribá. Juan
Rojas el tío es el tresero. Luego le siguen los sobrinos de Juan que son
hermanos: Francisco, es la guitarra y cantante, Chencho es el tumbita y
cantante, Marcelo es el maraquita y cantante, Mario el pailitas y cantante y
Oberlandi que es el que toca la marímbula, hijo y sobrino.
Lo más
especial de Los Naranjos es la música del grupo XX Aniversario. Foto: Jorg Ricardo
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Cuando el conjuntico llevaba un tiempo tocando llegó
de Yateras una delegación de gente a celebrar los veinte años del Yate Granma,
y como todavía el grupo no tenía nombre, le pusieron XX Aniversario. Desde ese
día se ha hecho más famoso por aquellas lomas que el mismísimo desembarco. Y
van con su música changüisera de Felicidad hasta Niceto Pérez, de Baracoa hasta
en Guantánamo. Y en el Festival Elio Revé hicieron el Son Largo dos veces en un
mismo día. Y dicen que en Bernardo empezaron a tocar a las seis de la tarde y al
otro día por la mañana no habían terminado de tocar todavía.
Esta
es la ultima foto de toda la familia reunida en Los Naranjos. Foto: Jorg Ricardo
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Me contaron que este año XX Aniversario no tocó para
La Cruzada por primera vez en 29 años, dicen que cuando llegaron al pueblo
estaban todos esperando al teatro, pero no se movieron las maracas, ni se
sintió la paila. Resulta que hace unos días se había muerto la tía abuela de
los músicos, una viejita que vivía a la entrada del pueblo y que siempre
saludaba desde su portal. Ella era casi tan famosa como los músicos por
aquellas lomas, porque decían que tenía 103 años y nunca se vio a nadie tan
viejo por esos lugares. Se murió por un chocolate caliente, se lo tomó y le dio
un patatún. Lo más impresionante del asunto es que cuando la examinaron en el
hospital de Felicidad de Yateras, descubrieron que tenía realmente 119 años. Entonces
todos en el pueblo se pusieron contentos porque había vivido más de lo que
nadie imaginaba. ¡Yo misma me alegré con la noticia de su muerte!
Esta
familia también está marcada por el Altar de Cruz que hacía su madre, pues era
el más famoso de toda la zona. Foto: Jorg Ricardo
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Además de la muerte de su tía abuela, todavía
guardaban luto por la muerte de su madre que era la reina del altar, la madrina
del Altar de Cruz. Dicen que se la llevaron para otro pueblo con los dos coros
del altar y con todas las frutas de la temporada. Entonces, en medio de un
cántico sagrado a la madre de los músicos le dio una sirimba y cayó redonda
como un pollo santo en medio de la ceremonia.
Cuando
salimos de Los Naranjos nos despedimos de la familia felices de haberlos
conocido y con la promesa de regresar a bailar changüí!!!! Foto: Vladimir Martínez Fernández
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Y por eso este año XX Aniversario no tocó para la
gente de La Cruzada. Pero yo tengo en la memoria bien fresca su música
tradicional, que viene de los esclavos, de los indios, de los que ya
fallecieron, como les gusta decir a ellos. Una música que ya no se oye, porque
es pura y va directo desde el corazón guajiro hasta la eternidad de la vida y
de la tierra florecida.
Más fotografías en:
https://www.facebook.com/pg/jorgricardofoto/photos/?tab=album&album_id=1552200064882524
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