jueves, 3 de enero de 2019

Palma Clara



Palma Clara es una comunidad muy pequeña que queda a un costado de La Farola, la carretera que comunica a Guantánamo con Baracoa. Antes la gente de La Cruzada pasaba su última noche allí, pero por cuestiones logísticas, ahora solo se va a hacer funciones en la mañana. Este pequeño pueblecito de cafetaleros es de los sitios más amados por los artistas que hacen el viaje de 34 días. Llegar hasta allí con la alegría y el amor intactos es otro gran reto de la travesía.



Cuando íbamos en el camión nos cogió un aguacero en plena Farola y todos nos empapamos. Lo peor fue el frío tan grande que hacía en Palma Clara y lo más lindo fue la neblina que rodeaba al mágico lugar.



La visión de Palma Clara se queda en la memoria de todos los que pasan por allí y cada uno la retrata en su mente de una forma distinta, sin embargo, el lugar es impresionante desde todos los ángulos. A Palma Clara se llega en los últimos días de La Cruzada con el agotamiento de más de un mes fuera de casa, pero los actores guardan sus energías para dar allí una gran función para un público pequeño pero agradecido. Aún bajo la lluvia hay muchos del pueblo que están trabajando en el campo, los que quedan se reúnen para esperar a los actores, con un sigilo particular que a veces se parece a la tristeza.  



En Palma Clara están los mejores actores niños de toda La Cruzada, ellos pertenecen al proyecto La Flor del Café, creado por Esmérida, la promotora cultural de la zona, quien se siente feliz de formar parte de los cruzados y habla con orgullo de sus niños. Los niños esperan cada año a los actores y les presentan sus obras, como ocurre en casi todos los lugares por donde pasamos. Lo especial de Palma Clara es el vínculo tan profundo que existe con La Cruzada y el agradecimiento hacia ella que se trasmite de generación en generación. Después de las palabras de bienvenida de Esmérida y la actuación de los niños, los cruzados nos quedamos llorando de la emoción y también lloran ellos y Esmérida y todos los que viven en ese sitio humilde y solitario.



El pueblo tiene una estructura muy bonita, las casitas están alineadas y dispuestas de manera simétrica. La gente allí es muy pobre y luego del paso del ciclón Mathew, hace más de dos años, aún no se han recuperado totalmente. A pesar del estado de las casas, la gente en Palma Clara cuida sus jardines y cuando caminamos por cualquier callecita, sentimos el olor de las flores y de la yerba mojada. Las piedras de Palma Clara son lizas y verdes con filigranas grises y su belleza se esconde debajo de la tierra roja de los jardines.



Dicen que hay un proyecto para reconstruir Palma Clara, para arreglar sus casas y hacer nuevas instalaciones para el uso público, mientras llega ese día tan esperado, algunos se mudan hasta Paso de Cuba, donde les ofrecen un apartamento nuevo en un sitio más céntrico, poblado y cómodo. Sin embargo, la mayoría se resiste a abandonar su tierra, su arraigada tradición cafetalera y los hermosos amaneceres en Palma Clara.   


Mas fotografias en: 
https://www.facebook.com/jorgricardofoto/photos/?tab=album&album_id=1477872152315316

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